Analicé con cautela todo el contexto que englobaba una relación amorosa de tres personas. Me sujeté a sus reglas de juego por un tiempo; ser la otra no me satisfacía totalmente. Llegó un momento en el que me harte ya que, yo quería que mi lindo Sinuhé estuviese siempre conmigo, que me amara y cuidara de mí, pero él nunca quiso algo serio.
Su personalidad jamás la entendí a veces me desconcertaban sus acciones por que no congeniaban con sus sentimientos, decía amar a su esposa pero la engañaba conmigo y con otras mas.
Siempre pensé que su vida era demasiado acelerada: Drogas, alcohol, mujeres, sexo, viajes: No había duda era un libertino. Le propuse que cambiase y no quiso me decía que su forma de vivir le daba plenitud, cuando convivía con él y platicabamos sobre algunos momentos de nuestras vidas, notaba siempre una faz triste en él, la cual me decía que su mundo era pura apariencia.
Transcurrió el tiempo y solitario se quedó me comentó que su chica lo abandonó. En ese instante él pretendía una relación seria conmigo pero lamentablemente yo ya no lo amaba; Era demasiado tarde para reconsiderar aquél amor, se arrepintió de haberme lastimado. Pero nunca le tuve rencor.
Paso de ser mi mas grande amor a convertirse en un amigo.
Un día conversando supe el motivo que le provocaba aquella vida vacía. Fue la primera vez que lo vi sollozar; Me confeso ser estéril, eso era lo que le dolía tanto. Él nunca podría germinar vida dentro de la matriz de una mujer.
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